En 1970 la filósofa feminista Jo Freeman escribió un largo artículo sobre La tiranía de la falta de estructuras, ya que muchos grupos feministas, queriendo huir de los liderazgos masculinos, conformaban sus grupos sin estructuras de poder explícito, pero este poder seguía existiendo de modo implícito, ya que el liderazgo siempre existe y acaba imponiéndose sin que el grupo pueda controlarlo si no existen normas claras de funcionamiento.
“En la manera que cualquier persona tenga la oportunidad de involucrarse en un grupo o de participar en sus actividades, la estructura del mismo deberá ser explícita, no implícita. Las normas de cómo se toman las decisiones deben ser abiertas y conocidas por todas, lo que sólo ocurrirá si son formalizadas; esto no quiere decir que la formalización de la estructura de un grupo destruya necesariamente su estructura informal, normalmente no ocurre así, pero sí impide que la estructura informal tenga un control predominante.” (Cita del texto) Esto quiere decir que el liderazgo no estructurado acaba por imponerse sin que el grupo pueda pedir cuentas de ciertas actividades o tendencias ideológicas no consensuadas. Por ello, el Vindicato propone que la Dirección del grupo y de las diversas Plataformas sea siempre colegiada y rotatoria, según se normalice en los Estatutos. Esta disposición respondería al postulado anarquista de “No al poder, sí a la organización”.