La ética del cuidado y la responsabilidad

Para explicar esto de la ética del cuidado tenemos que referirnos a la psicóloga feminista Carol Gilligan, cuyos planteamientos surgieron en los 80 en la Universidad de Harvard. En este debate se comparan la ética de la justicia de Kolberg (propia del mundo masculino) con la ética del cuidado y de la responsabilidad de Gilligan(femenina)

Kolberg dice que la moral de las mujeres está menos evolucionada que la de los varones, que se guían por la justicia (o la ley) y emiten juicios imparciales, mientras que la moral de las mujeres está contaminada por los sentimientos. Gilligan, por el contrario, defiende los juicios involucrados en el otro, que sólo se pueden hacer desde la compasión, la empatía y el cuidado. La justicia imparcial está cubierta por un “velo de ignorancia”, ya que ignora quién sea el otro con todas sus circunstancias, deseos, anhelos, etc.

La propuesta feminista de Carol Gilligan ofrece una mirada diferente con respecto al feminismo tradicional, ya que ella no ve la distinción entre una moralidad femenina y masculina como una mera consecuencia del patriarcado, sino que rescata la moralidad femenina como fuente de intuiciones morales auténticas y valiosas. Las disposiciones presentes en las mujeres son tan racionales como las del hombre en su naturaleza, sólo que se ha definido la racionalidad de una manera muy restringida. Y tan potencialmente sociales como las del ellos, sólo que han concebido las relaciones sociales bajo el estrecho modelo del contrato.

Esta ética femenina implica la confrontación con el androcentrismo, que ha situado al varón como modelo de necesidades y aspiraciones.Hay, pues, que desplazar el modelo y definir nuestras aspiraciones de acuerdo con una visión femenina de mundo, lo que implica crear una revolución epistemológica (modo de ver el mundo, la vida, etc.) Confrontar el androcentrismo sería lo mismo que feminizar la realidad. Y, por tanto, crear una Ética y una Política diferentes a las actuales. El problema es que el Patriarcado ha transformados las diferencias en desigualdades.  Pero lo contrario de la igualdad no es la diferencia, sino la desigualdad. La diferencia implica riqueza y diversidad, mientras que la desigualdad conlleva opresión y sometimiento.

Para quien crea que la palabra “cuidados” tiene una acepción blandengue o muy tradicionalmente femenina, tenemos que decir que no es lo que parece. El verbo “cuidar” viene del latín cogitare, que significa “pensar”, “poner la atención en algo o en alguien”, y, por lo tanto, cuidados viene de cogitatus(que evoluciona a “coitatus”). La misma palabra con la que se inició la modernidad filosófica: cogito, ergo sum(pienso, luego existo).