La supremacía real y simbólica de los hombres y de lo masculino

La supremacía real significa que el poder en el mundo está en manos de los hombres, ya sea el poder político, económico, cultural, jurídico o religioso. Ellos forman las cúpulas  en todas las instancias que organizan el modo de funcionamiento global y nacional. Cada vez hay más mujeres en todos los organismos, pero casi siempre en puestos subsidiarios o inferiores. Incluso en los partidos muy paritarios, son ellos los que en definitiva mandan y ejercen el poder.

La supremacía simbólica significa que todo lo importante en nuestras sociedades patriarcales está representado por los hombres o lo masculino: el poder, el valor, la riqueza, la creación, lo espiritual, la inteligencia, la ciencia etc. Las mujeres que han sido rescatadas como creadoras, líderes o científicas las hemos rescatado las feministas.

La dominación simbólica significa que la supuesta superioridad de los hombres y nuestra sumisión a ellos ha sido asimilada como algo natural. También hemos considerado como naturales nuestras “funciones” y el “estatus” de ellos, porque nosotras realizamos funciones propias de nuestro sexo, mientras ellos adquieren estatus en todo lo que realizan, así sean fontaneros o presidentes de gobierno.

Estas supremacías constituyen lo que se llama androcentrismo, es decir, que “el hombre es la medida de todas las cosas”, de las reales y de las simbólicas. El hombre está en el centro o es el centro de nuestra civilización. De ahí que no sirva solamente la igualdad en este “modelo de mundo”, sino que tenemos que revalorizar nuestra historia, nuestras funciones y nuestras luchas poniendo de relieve nuestras diferencias significativas. Está muy bien la igualdad de oportunidades, pero ¿para llegar a dónde? ¿Para ser “hombrecitos de segunda”? De ahí que tengamos que cambiar el modelo para “feminizar la realidad” y que el mundo incorpore los logros, los valores y la enorme importancia que tenemos las mujeres, de modo que acabemos con la supremacía varonil y acabemos también con todo tipo de supremacías.